Asistimos a las funciones ordinarias de La Lucha de Ana en los c ines y queda claro que Bladimir Abud ha dado una muestra de experiencia, talento y sentido del uso adecuado de los recursos del cine, transformando a Cheddy García, en la protagonista de un drama social, enmarcado en la marginalidad barrial, cruzada por las drogas que golpean a toda la sociedad (incluyendo sus hipócritas estratos más altos), y evidenciando cuanto se puede sacar de una figura , actoralmente hablando, cuando su trayectoria escénica hasta el presente es más conocida como comediante de televisión.
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